miércoles, 21 de septiembre de 2011

Cuento de Colonia Victoria "La bolita"

La bolita

Después de dos días de lluvia la tierra se prestaba para hacer un hermoso hoyo. Los chicos se reunían en la siesta y comenzaban a armar el equipo de juego.

Julio:-¡yo tengo la lechera¡

Joaquín:-¡y yo la bolona!

Jairo:-¡yo tengo uno que me da mucha suerte, siempre tingo!

Gustavo:-ja, ja, ja yo tengo uno chiquitito que anda bien para una alta.

Jairo:-yo juego con Joaquín y vos Gustavo juga con Julio.

Gustavo:-está bien pero no sean camundaseros…

Joaquín: bien…vamos a decir bien qué es lo que vale como ley.

Julio:-como siempre nomás vamos a jugar…vale alta, baja, tica hoyo buena, con locaíto…

Jairo:-tengan cuidado con la trampa, no vale el camundá, ni el cuayosero…

Así los chicos se organizaban para empezar el juego. El hoyo parecía estar un poco húmedo por tal motivo decidieron echarle un poco de ceniza para que quedara más lindo.

Jairo:-¡primera!

Gustavo:-¡segunda!

Julio:-¡tercera!

Joaquín:-¡cuarta!

Así los niños empezaban a jugar y matar la tarde, aproximadamente jugaban hasta las seis de la tarde porque después ya había que bañar y hacer el reviro para la cena

Jairo:-¡hoyo buena!

Gustavo:-che Julio voy a tirar al costado del hoyo, así que tratá de encuartar si o si.

Julio:-juitaúa, está difícil entonces, mirá que jairo ya tiene hoyo y te puede matar con un alta bien en el medio.

Joaquín:-¡soplá un poco el hoyo, hay una hormiga y aparte está lleno de ceniza!

Jairo:-¡justo  me quedó como para partir tu bolita, no vaya que llorar Gustavo!

Gustavo:-¡vos sabés que si partí mi bolita vas a pagarme uno nuevo! ¡Vos sabé jugá demasiado por eso te aprovechá!

Joaquín:-tirá Jairo la ley es la ley.

Jairo:-¡en el medio, que puntería loco!

Como Jairo ya “tenía hoyo” podía ticar a su rival y así dejarlo fuera del juego, tal cosa pasó con Gustavo. Él muy enojado fue corriendo hasta la planta de palta y se subió a la copa del árbol a jugar a la nave espacial, porque su gran sueño era ser astronauta. Si hacer caso al enojo de Gustavo, los demás chicos, siguieron jugando. Por casualidad de la vida julio logra introducir la bolita en el hoyo y con una gran puntería da con la bolita de Julio dejándolo también  fuera de juego.

Una gran lucha surgía entre Joaquín y Jairo. Ambos tenían hoyo y eso implicaba aplicar todas las estrategia necesaria y tener en cuenta las leyes para aplicarlo si fuera necesario.

Jairo:-¡hasta la muerte, el que recula muere!

Julio:-me quedo acá nomás

Jairo:-no vale eso, al punto tenés que ir…no seas tramposo

Julio:-está bien, a ver si te tico

Jairo:-¡con ataje!

Julio:-cualquiera lo tuyo, sin ataje vale…

Mientras los amigos discutían el tema de “la ley”, Gustavo se reincorporaba al grupo pero de una manera muy sospechosa. Se acercaba callado, mirando con maldad la bolita lechera de jairo. Con un descuido agarra la bolita y comienza a correr por el mandiocal.

Gustavo:-¡Capota! ¡Capota sin reclamo el que llora le pegamos!

Jairo:-que gurí este se llevó mi bolita, no importa acá tengo otra lechera, después papá le va a sacar…

Julio creyó que era su oportunidad para ganar a jairo.

Julio:-como me picha  cuando erro el tiro.

Jairo:-ahora fuiste, voy a partir tu bolita…

Después de larga lucha por ganar, Jairo logra salir victorioso. Julio le da su bolita como premio porque así era la regla del juego. Al finalizar el juego los chicos tapaban el hoyo y limpiaban el lugar. Luego del juego la tarea de la casa llamaba. Buscar leña, calentar agua para bañarse y así estar limpio para hacer el reviro para la cena.

Autor: Gustavo Darío Portillo




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