“Escucho a las rutas llamarme.
Son voces graves que me invitan a rodar.
Dicen extrañar mi errante andar.
Pedal a fondo, tierra adentro”
Son voces graves que me invitan a rodar.
Dicen extrañar mi errante andar.
Pedal a fondo, tierra adentro”
Ricardo Iorio- Almafuerte
A
veces nos planteamos objetivos que son casi inalcanzables, más de una vez hemos
perdido las esperanzas de alcanzar algo que tanto añorábamos, o quizás nos han
hecho sentir que todo es imposible. Lo más correcto que podemos hacer es estar
bien seguro de lo que queremos, saber hacia dónde vamos y proponernos metas que
sirvan como trampolín para llegar a aquello que tanto anhelamos.
Cierra los
ojos y evoca una vía de tren. El mismo está compuesto por rieles y traviesas
(cada maderita). Así como la vía debe ser tu sueño.
Ahora
concéntrate únicamente en cada “maderita” de la vía, imagina que cada una de
ellas representa una meta de la vida. Estas traviesas, que alineadas entre sí,
permiten que los rieles se mantengan firmes y fuertes para que el
tren llegue a su objetivo (estación).
Así como esta
vía de tren debe ser la vida, tus sueños o pensamientos. Si lo que deseas ahora
está lejos no temas, esfuérzate en colocar en tu camino traviesas o más bien plantéate
metas, no pienses cuántos serán sino más bien que tu ansiedad sea llegar. Una vez que llegues a tu objetivo
vuelve la cabeza para ver detrás todo un recorrido, un trayecto y tantas traviesas
puestas. Reflexiona para darte cuenta que todo valió la pena que nada fue en
vano.
La vida es
ruta, caminos de cualquier tipo con paradas inciertas y habitadas, con
experiencias maravillosas y penosas, pero no detengas la marcha, pisa el
acelerador, carga combustible y a la ruta nuevamente que nada ni nadie detenga
tu camino. Escucha lo consejos de las estrellas y del sol pero no te detengas.
“Revisa todo, en
tu interior,
para salir en la mañana detrás del sol,
y al ver que en la ruta hierve la sangre de tu pasión,
busca el secreto que trae el viento búscalo...”
y al ver que en la ruta hierve la sangre de tu pasión,
busca el secreto que trae el viento búscalo...”
Gustavo Nápoli-La
Renga
Opus Dei