La vida es un valor indiscutible,
un valor que se consigue de a dos, tres y más personas,
un valor que es convencional más que natural,
la vida se vive más con los vivos.
Si mi ausencia voluntaria no provocara pena,
si mi ausencia voluntaria de esta irónica vida
no provocara tristeza o melancolía,
hace tiempo que dejaría de existir.
Pienso en los que me rodean,
en los que me quieren y me aman,
pienso en ellos y gracias a ellos omito
el llamado de Quiroga, de Pizarnik y de Alfonsina
que tenuemente me agitan sus blancas y frías manos.
Si mi ausencia no provocara un fuerte ruido,
si mi ausencia no provocara llantos,
ya estaría caminando a la orilla del mar,
Si mi ausencia no provocara desilusión,
ya estaría jugando a la ronda con los caballos de mar.
Si alguien pregunta por ella y por mí,
digan que Alfonsina y yo jamás volverán…
Autor: Portillo, Gustavo
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